viernes, 18 de febrero de 2011

Receta de foie en tempura a los dos melones (Melón francés, Golucho 2004)

Receta de foie en tempura a los dos melones (Melón francés, Golucho 2004)

Melón francés, Golucho, 2004
Excusa sabrosa para nuestra receta de hoy


Receta de foie en tempura a los dos melones

Buen producto

Con un buen tratamiento, como dice La Zaragozana:
A Zaragoza vendrás por el agua y volverás por la cerveza

Utilizamos esta maravilla de trigo
Contundente pero delicada


Ingredientes:

Un Foie Gras fresco (si hay problemas de presupuesto puede ser congelado)
Un Melón
Un botellín de cerveza Ambar  
100 gr de harina
Una cucharada de vinagre de manzana
200 ml de nata líquida
Una copita de ron blanco
50 gr de queso parmesano
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta

Salsa blanca de melón

Tempura muy ligera para no matar el Foie Gras

Bocaditos hepáticos


Elaboración:

En primer lugar se debe advertir que salvo la crema de melón que servirá de base al conjunto, el resto del plato se debe elaborar en el mismo momento de la comida, con los comensales esperando, debido a lo delicado del foie gras y lo conveniente de que el melón esté calentito y recién hecho.

Comenzaremos entonces con la crema. En una cacerola llevaremos a ebullición la nata la copita de ron y la cucharada de vinagre. A esta mezcla añadiremos el queso (mejor si ya está rallado o en virutas para que se integre antes). Cuando el queso haya desaparecido fundido en la salsa apagaremos el fuego y dejaremos infusionar quince minutos con el calor residual.. Reservaremos la crema en el frigorífico para que espese y servirla fría, en contraste con el resto de la receta, que irá recién hecho y calentito.

En el momento de la comida y en una sartén con abundante aceite de oliva virgen extra bien caliente freiremos unas rodajas de melón hasta que comiencen a dorarse. El tamaño de los trozos de melón debe adaptarse a las dimensiones del foie gras pues les servirán de cama.

En un bowl mezclaremos la harina de trigo con la cerveza bien fría. Se la iremos añadiendo hasta que la mezcla se aligere lo suficiente. Al dejarla caer del tenedor con el que hacemos la mezcla debe comenzar a gotear, pues lo que buscamos es un rebozado muy ligero, crujiente y casi transparente. La cerveza le dará un amargor que potenciará el del hígado y contrastará con el dulzor del melón y el de la salsa alcohólica. En sartén pequeña con aceite de oliva virgen extra caliente, en cantidad suficiente para cubrir la fritura, doraremos las rodajas del hígado que habremos sumergido en la pasta de la tempura. Para evitar desastres como que el foie se deshaga en la sartén al freírlo o se corte mal se recomienda recurrir al truco de introducirlo un minuto en agua caliente, justo antes de que empiece a hervir para que gane la dureza necesaria para su fácil manipulación.

La presentación es lógica. En un plato verteremos unas cucharadas de crema, y sobre esta a modo de islas colocaremos las rodajas de melón frito. Sobre cada una de ellas alojaremos una rodajita de foie en tempura recién sacado de la sartén. A disfrutar del plato y de sus contrastes de sabores (sobre todo amargo y dulce), texturas (crujiente, carnoso y líquido) y temperaturas.

Detalle de Golucho
Expresividad inquietante


Justificación de la receta:

El descubrimiento de la obra Melón francés de Golucho (http://www.golucho.com/ ) ha sido un motivo de sorpresa y de alegría para los idasdecocina. Hace unos días cayó en nuestras manos el Manifiesto La Gallina Ciega sobre el cual reflexionamos en . Pero dos fueron los senderos que nos hicieron llegar a esta pintura. El primero nos llegó buscando naturalezas muertas que nos sugiriesen recetas. Esta vez buscamos bodegones del siglo XX esperando encontrar algo vanguardista que estuviese en el camino de la abstracción. Nuestra sorpresa llegó cuando en varias fuentes se nos sugería el análisis de obras catalogadas como realistas, hiperrealistas, naturalistas, figurativas… Nuestros prejuicios ante un arte que creíamos caduco cayeron con la lectura del manifiesto citado, del que Golucho es uno de los firmantes, pues si algo nos demuestra es la modernidad de unos artistas que desafiando el orden artístico establecido en el siglo pasado continúan utilizando un lenguaje clásico y figurativo, pero dentro de propuestas intelectualmente modernas y renovadoras.

El alma de la modelo asoma en cada pincelada
Locura, temblor y búsqueda de complicidades

Mundos lejanos con sentimientos próximos

Paco Lafarga
Puro talento


La segunda ruta hacia la obra escogida nos llegó de la mano de un gran artista de nuestra tierra, Zaragoza. Parece paradójico hablar de gran artista en alguien tan insultantemente joven como es nuestro Paco Lafarga (http://pacolafarga.blogspot.com/ ). Además es nuestro amigo, se debe reconocer el afecto personal para ser honestos. De formación autodidacta, nuestro joven artista zaragozano pronto se dio cuenta de sus coincidencias de planteamientos con Golucho. Su obra en vivo puede verse ya con asiduidad en múltiples salas de exposiciones, en su estudio-escuela cerca del Parque José Antonio Labordeta y en la sala Kpintas (http://www.facebook.com/pages/K-pintas/288766092438 ) del barrio de la Magdalena (Calle Doctor Palomar 19, bajo) zaragozano. La sensación que se llevará el espectador ante la obra en vivo de Paco es brutal. Su atrevimiento llegó al extremo de ponerse en contacto con su maestro, y mostrarle su valía artística. Hasta tal punto causó impresión en el pintor madrileño que desde hace años viene ejerciendo de referencia, consejero y crítico con nuestro amigo.

Datos biográficos (extraídos de artículo de wikipedia y de http://www.ayuntamientoadra.es/conoce-adra/agenda/exposicion-golucho):

Miguel Ángel Mayo, conocido como Golucho, nació en Madrid en 1949. de formación autodidacta estudió la colección pictórica del Museo del Prado y del Casón del Buen Retiro. Desde 1968 hasta 1973 residió en París, donde vivió los acontecimientos de mayo y descubrió a la bohemia y su espíritu, del que aún se considera deudor. En palabras suyas: "Más que por la calidad artística, por el modelo de vida, el modelo bohemio a mí me interesa mucho...". Con su vuelta a España inicia un proceso de íntima relación con la pintura y sus posibilidades expresivas dentro del realismo, que culmina con la consecución en los años noventa de un lenguaje personal, notablemente novedoso en el escenario de las nuevas figuraciones.

Pintor de enorme autoexigencia, la obra de este creador conecta con la corriente del nuevo realismo y se caracteriza por el uso de texturas y la representación del ser humano. Su mundo se centra básicamente en el ser humano y el estado de las almas, y cómo se manifiesta ese estado en lo puramente corporal y físico. Escoge personajes intensos, marcados por la vida, de enorme poder comunicador. Les practica un retrato generalmente cruel y fuertemente singularizado, con una técnica complejísima, donde la propia búsqueda se convierte en un nuevo tipo de virtuosismo y emocionante aventura. Usa el soporte como un elemento más de la pintura, rompiéndolo, alterándolo o superponiendo distintas capas. Frente al uso de las nuevas tecnologías, de la utilización del ordenador en el arte actual,  Golucho se decanta por la pintura y el dibujo realista.

Algunos de los artistas firmantes del manifiesto:
Antonio López

André García Ibañez

Dino Valls

Noé Serrano


Inició, junto a otros creadores como Andrés García Ibáñez y Dino Valls la nueva figuración española o nuevo realismo. Junto a estos dos pintores, Antonio López y Noé Serrano entre otros, han creado el manifiesto contemporáneo La Gallina Ciega, del cual hablamos hace unos días en  http://idasdecocina.blogspot.com/2011/02/receta-de-alcachofas-con-mantequilla-de.html y que se puede consultar en http://www.lagallinaciega.com/. Allí se analizan los criterios estéticos y valorativos del arte contemporáneo, así como se reclama una vuelta al arte de calidad intelectual sin que ello lleve al desprecio de los procesos artesanales en el arte. La obra de nuestro pintor se ha expuesto en ciudades como París, Bruselas, Filadelfia y Nueva York y, desde que ganó en el 2007 el II Concurso de Pintura y Escultura Figurativas con la obra Retrato de Isomnios, se ha podido disfrutar de su obra también en ciudades españolas como Barcelona, Córdoba, Melilla, Almería y Alicante.

Citas del autor:

“El que no ve la belleza está condenado a destruirla. La belleza no es lo que creen aquellos para quien no es algo vital. El que no la ve no la echa en falta y la confunde. El que no la ve la destruirá sin llegar a saber lo que es“

“El problema que tiene el realismo es que todo el mundo cree comprenderlo. Se piensa ante un cuadro realista que su cometido es la mera representación de lo cotidiano. La ventaja que tiene la abstracción es que la gente se vuelve humilde y dice "no lo entiendo" y esa forma de no descubrir ese cuadro les sitúa más cerca del testimonio de dicha obra. Pero cuando se trata de comprender rápidamente la pintura, ahí está el realismo. La conclusión es que el espectador resbala sobre la superficie de lo representado y dicha obra puede quedar en la mera apariencia y en la habilidad técnica…”

"La pintura, el dibujo necesita manos, si no tienes manos no la haces. El pintor tiene que tener una calidad de oficio, de artesano"

Melón francés:(óleo sobre tabla, 34 x 37cm) 2004

Un sentimiento de inquietud y de inseguridad invade el espíritu del espectador que se atreve a enfrentarse a esta obra de Golucho. No es por ninguna circunstancia evidente. No hay ningún elemento aparente en la obra que nos provoque una reacción tan consciente y dura como lo hace. Al analizar con profundidad las razones de tal circunstancia nos damos cuenta del especial tratamiento que el autor hace de un tema tan clásico como son las naturalezas muertas o bodegones. Complejidad mental, concepto que se ensalza en el manifiesto La Gallina Ciega, es la clave para catalogar la obra dentro de la idea de modernidad.

Cierto es que las corrientes vanguardistas del siglo XX han monopolizado el término moderno para definir la ruptura con la pintura figurativa. Todo tipo de soluciones plásticas que alejen a la obra de la naturaleza son consideradas modernas, mientras que las corrientes figurativas eran expulsadas del paraíso moderno al reino de lo caduco y clásico. Lo cierto es que lo que hemos aprendido con Golucho es a ver que no es todo tan sencillo. La identificación modernidad con destrucción de las formas naturalistas es un error de primera magnitud. Lo moderno no debe de ser simplemente una cuestión de forma y lenguaje, también debe valorarse el contenido y el mensaje. Si se nos apura diremos que sobre todo debe tenerse en cuenta estos últimos factores para la valoración de una obra. Para comprender mejor esta idea no hay mejor explicación que la que nos ofrece el propio autor:

“El realismo es el estilo que con más facilidad  llega a confundirnos. La rápida apreciación de los sentidos hacia algo expeditamente representado, nos lleva a una peligrosa valoración. Poder aislar la unión entre la cotidianidad de lo representado, (tendencia innata a la comparación),  la profesionalidad del oficio, el virtuosismo artificioso, -siempre de fácil aplauso-, o la orla física y fingida del "artista" que, como un icono se imprime en el inconsciente de forma más penetrante que la propia obra, y por consiguiente hace de valor superlativo y constante en el propio publico. Sólo si aislamos todo esto y esforzándonos más en escuchar lo que subyace bajo  toda forma de expresión estética, entonces, sabremos diferenciar una obra de arte de un trabajo posiblemente sólo bien hecho.”

Otras ideas de modernidad sencillamente tienen en cuenta el carácter de innovación y novedad que reproduce la obra. La sorpresa como elemento esencial. Lo novedoso se eleva a los altares de manera evidente en nuestros días. Y no es que el concepto moderno no conlleve su necesaria dosis de innovación, el asunto es ver qué es novedoso y trasgresor en que esferas debemos buscar la sorpresa.

En nuestro caso vamos a comenzar por el final. Afirmamos que la obra de Golucho, y en especial Melón francés, se enmarca plenamente y por derecho propio dentro de la gran ruta de la modernidad, y las razones para justificar tal aseveración son las que siguen:

1- La limpieza compositiva extrema: El autor consigue crear con ella una atmósfera inquietante y claustrofóbica, que impacta en un espectador acostumbrado a un mundo de plenitud y movimiento. Enfrenta al mundo a su mayor miedo, la soledad. La ausencia de lo ajeno y la impersonalidad del otro nos acercan, paradójicamente, a los paisajes metafísicos del surrealista italiano Giorgio de Chirico, al que, por cierto, nadie se atreve a cuestionar su modernidad.

2- La gastrohumanización: Hemos tenido, perdón a los puristas de la lengua, que inventar un nuevo concepto para explicar un sentimiento de difícil explicación racional. Al enfrentarnos a la obra, de manera automática, identificamos la fruta con una forma humana. –quizá la razón sea que ya habíamos visto obras del autor donde aplica el mismo tratamiento en cabezas humanas. Lo cierto es que aquí se supera con nota el ejercicio de personificación de un objeto.

Similitudes evidentes:
Melones que son personas...

...y personas como melones


3- La paradoja llevada al extremo: La obra aporta unas paradojas conceptuales propias de los mejores artistas barrocos. En un tiempo, el actual, en el que el tema del bodegón ha sido apartado de la primera línea y queda sólo como ejercicio técnico para escuelas, Golucho nos presenta uno con unas singularidades especiales. Se aleja del tratamiento canónico del mismo, al modo de Sánchez Cotán y nos lo presenta en un contexto especial. Fruta humilde en espacio sublime. Paradoja que logra exponer situando la figura a la manera de una joya o de una obra valiosa de un museo. La luz frontal y dirigida y el fondo plano libre de distracciones destacan la importancia del objeto situado sobre pedestal. Pero, qué encontramos ahí, nada menos que un melón dispuesto a ser degustado por cualquiera que pase por ahí.

Para terminar estas líneas queremos recordar dos de los poemas que Golucho nos ofrece en su web intercalados entre fotografías de sus obras.

“No temas, son más débiles que su apariencia, su seguridad,  tu titubeo, tus sueños, su insomnio.
No temas; observa como se forma un cúmulo sobre los chopos, alto, blanco, inalcanzable.
Solo esta allí para ti, se escapa con su libertad, no temas. Síguele.”

“Un  Napoleón de yeso en el pasillo 

No estoy cansado de buscarte pues nunca dejaste acercarme tanto
Estoy enfermo de niñez dejada  por corredores de extraños dogmas por donde nunca tuviste necesidad de pasear tu insomnio, siempre dormías.
Siempre  crecíamos en silencio para no molestarte, lamento que desde tu cuarto no vieras el océano frío y negro de la eterna medianoche.
A veces me pregunto si toda esa tristeza que va extendida por mis ojos no es otra cosa que la ausencia del volver empequeñecido a tus rodillas.”

Presencia y ausencia inquietante

Saludos modernos desde idasdecocina para los artistas y sus públicos

2 comentarios:

  1. Impresionante esta entrada!!!

    Un saludo.

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  2. Uauuuuhhh qué pedazo de receta!!! Esta combinación de sabores no la he probado nunca... pero me tienta....
    Besos.

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