miércoles, 19 de enero de 2011

Receta de Tortilla paisana con sesos de Ternasco de Aragón

Receta Tortilla Paisana de Sesos de Ternasco de Aragón

Receta Tortilla de Sesos

La obra culminada.
Aparente tortilla de patata vulgaris,
que esconde su secreto


Verduritas al vino blanco y sesos de Ternasco de Aragón

Algunos no pudimos evitar comerla en bocata



Ingredientes:

Una docena de huevos de gallinas camperas
Una cebolla
Un pimiento rojo
Un manojillo de espárragos trigueros
Una lata de guisantes cocidos
Una zanahoria
Dos sesos de Ternasco de Aragón
Aceite de Oliva Virgen Extra D.O. Bajo Aragón
Una copa de vino blanco
Sal y Pimienta

¿Queda claro, no?

Menuceles exquisitas y sanas

Afrutado y aromático
D.O. Bajo Aragón

Espíritu alemán, raices aragonesas
Casi nada


Elaboración:

En primer lugar pocharemos la cebolla cortada en juliana fina (para eso estamos los que todavía nos gusta encontrarnos la cebolla en la tortilla, pero si hay algún remilgado o, peor, alguno de los calificados como gourmet, el picado será lo más fino posible para que nuestra amiga de Fuentes de Ebro pase desapercibida) en una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva. Cuando ésta se encuentre blanda y comience a dorarse añadiremos el pimiento, la zanahoria y los trigueros cortados en bastoncillos finos.

Mientras tanto, en una cacerola coceremos los sesos a los que previamente habremos lavado bien y repasado de las posibles impurezas que presenten. El punto de cocción nos lo dirá el color blanquecino que irán adquiriendo y la textura cremosa que deben conservar. El peligro está en pasarse, pues nos quedarían muy secos por dentro. El tiempo conveniente variaría entre los cinco y diez minutos en el agua hirviendo. Cuando los sesos estén cocidos los trocearemos y se los añadiremos a la sartén de verduras para que se integren bien los sabores.


En juliana, que se note la cebolla

Pochando, pochando...

Y todo bien mezcladito al huevo generoso

Sobraron sesos que fueron cayendo como pipas

Con todo unificado, pasaremos a darle un toque de distinción y originalidad vertiendo una copita de vino blanco de la tierra y dejándola reducir hasta que apenas quede líquido en la sartén. El licor le aportará un dulzor que suavizará el poderío de los sesos y una jugosidad que agradecerá el comensal al partir la tortilla y ver desparramarse los ingredientes ante sí. Una batalla vencida a la tortilla-argamasa tan odiada por los iniciados.

En un recipiente grande y profundo batiremos la docena de huevos. Pueden parecer muchos pero en estos tiempos remilgados parece que hasta la tortilla debe hacerse baja en colesterol. Pues no comas tortilla, que por definición es una mezcla de ingredientes cuajados en huevo. Una vez bien batidos les añadiremos todo el contenido de la sartén y revolveremos todo para que se impregne bien de huevo. Dejaremos la mezcla reposar unos minutos.

Ésta es la cremosidad deseada

La confianza es un valor en alza

Vale la pena


Verteremos por último el contenido del bowl en la sartén de nuevo. Lo recomendable es que esté engrasada con unas gotas de aceite y el fuego bien fuerte, para que la tortilla se cuaje bien rápido por fuera y pueda quedar crudita en su interior. El arte de darle la vuelta se deja a la habilidad de cada cual. Una vez doradita por ambos lados, dispondremos la tortilla en su bandeja final. Hay que tener en cuenta que, una vez retirada del fuego, el calor concentrado en el interior de la tortilla seguirá cociéndola por unos minutos y se asentará bien. Los forofos de la textura cremosa la atacamos justo al sacarla de la sartén, para no dar tiempo a que pierda cremosidad. Y los fanáticos del huevo crudo somos tan radicales que podría decirse que nos la comemos con cuchara.

Sobremesa:

Tras deleitarse con la finura de esta tortilla, la sensibilidad por lo delicado y lo dulce se habrá encendido en nuestro apetito, así que a la hora de la sobremesa recomendamos rematar la comida con dos ingredientes complementarios. Un queso cremoso de tipo francés que no hace falta que sea muy especial, acompañado de unas copas de Sauternes, que sí es necesario que lo sea. Tenemos en cuenta lo caro que resulta este caldo, pero considerando que el resto de la comida está compuesto por ingredientes más que económicos, uno se lo puede permitir. Tortilla, queso y vino: no nos hemos salido de la esencia tradicional de nuestros abuelos, pero intentando darle un toque renovador.

Objeto de odio por parte de nuestro protagonista.
Símbolo del monstruo a derrotar

Paisajes de la noche de autos: Coso

Plaza de España

Gasolinera del Paseo de la Mina


Para la conversación y por entrar en contraste con la amabilidad del plato la propuesta es un tanto revolucionaria. Sólo con plantearnos una cuestión entre los comensales, la controversia está garantizada: ¿Vale la pena luchar contra los poderes para lograr mejoras en este mundo, o es mejor dejarlo reventar incluso dándole algún empujón destructivo? Nuestro amigo Cisco ha elegido y aquí está su propuesta para calentar una fría noche zaragozana.


Capítulo 2 (Mala noche)

Con pasos largos y contundentes cruzó la Plaza de Los Sitios, ignorando a los héroes que con mirada pétrea le escrutaban desde en centro del parquecillo. Atravesó el paseo de la Mina y se dirigió a la gasolinera, donde sin mostrar extrañeza, dependiente de la tienda le vendió una garrafa de cinco litros de vino cosechero. No es que debiera extrañarse por la venta del tinto peleón, sino por lo que el cliente hizo con él. Salió a la puerta y vertió el contenido de la garrafa en la alcantarilla más cercana. Es cierto que a mitad del proceso hizo un alto para echarle un trago y catar el género que estaba desperdiciando. El caso es que necesitaba un recipiente para llenarlo de carburante y no se le ocurrió otra cosa que adquirir la garrafa de cinco litros de vino, pues su odiada Coca Cola venía, como mucho, en envases de dos litros, insuficientes para su objetivo.

-Pena de final para un caldo poderoso como éste- pensó mientras regaba las rejillas metálicas del sumidero- pero el resultado valdrá la pena.-

Con el recipiente ya vacío se dirigió al surtidor más cercano y lo llenó de gasolina. Volvió a entrar a la caja, pagó y salió con la mercancía en la mano. Remontó la calle hasta San Miguel y por el Coso se dirigió hasta su meta. El frío iba en aumento aquella noche, se había levantado viento, pero eso no preocupó a Cisco, pues sería bueno para su proyecto. No era un experto en lucha callejera y manejo de líquidos inflamables, pero siempre había oído que el viento favorecía la propagación del fuego. El panorama se presentaba propicio. Al llegar a la calle Don Jaime miró alrededor para comprobar que no había nadie en la calle, cruzó esperando el semáforo sin necesidad, pues ni un alma conducía a aquellas horas por el centro de la ciudad. Introdujo la tarjeta de crédito el la ranura de la pared y entró en la zona de los cajeros automáticos. Llegó el primer inconveniente de la noche. Entre decenas de mantas y sobre cartones se escondía lo que parecía ser una cabeza. Sin duda se trataba de uno de los muchos indigentes que recorrían la ciudad empujando carritos de la compra y dándole el aspecto de un enorme supermercado a las calles. No tenía alternativa, debía sacar a aquel individuo de su improvisado refugio, así que hizo de tripas corazón y la emprendió a patadas con el mendigo. Intuía que sería inútil razonar con él, por ello prefirió pasar por un ultra de los que van desahogándose con los débiles  para convencer al inquilino de que abandonase su madriguera. Las patadas iban dirigidas en especial a las piernas y al trasero, para no dañar en exceso a su víctima. Ésta le miraba hecho un ovillo hasta que Cisco dejó de golpearle.


Las llamas continuaban ya de día

El esqueleto del monstruo derrotado


- Ahora te vas a la puta calle, pobre de mierda, vago inútil, parásito…- los improperios se sucedían aumentando su crueldad hasta que el mendigo agarró sus pertenencias y salió a la calle sin mirar atrás.

Superado el escollo el plan continuó como había sido diseñado. Vertió parte de la gasolina en cada uno de los tres cajeros que tenía ante sí, y el resto lo vació por debajo de la puerta de entrada a la oficina. Se asomó al interior y vio con satisfacción cómo un charco de carburante se desparramaba bajo la puerta formando un riachuelo que raudo llegó hasta la zona de mostradores y mesas de oficina. Los cálculos fueron correctos. En primer lugar prendió fuego al charco de gasolina del suelo y pudo asombrase de la velocidad con la que el fuego se propagaba en el interior de la oficina. Antes de salir corriendo prendió fuego a cada uno de los tres cajeros empapados con el líquido inflamable. Cruzó el Coso hasta el otro lado de la plaza de España y al volverse admiró su obra. No había pasado un minuto cuando unas largas lenguas de fuego ya asomaban por la puerta principal. Había sido fácil y el resultado valía la pena.

Refugio para sus víctimas


- Lástima ser el único espectador- pensó el cincuentón- Cuando lleguen los bomberos ya habrá pasado lo mejor, solo quedarán escollos- se giró y a buen paso se internó en las callejas aledañas a San Miguel, camuflándose entre las sombras. Primer objetivo cumplido, pero aquello no había hecho más que empezar.


A tomar por el ....
Mejor tortilla, vino y queso, que si lo pensamos mucho acabamos en Zuera todos

5 comentarios:

  1. Hola he llegado hasta vosotros a traves del recetario mañoso,soy una de las componentes ,Marisa.Con vuestro permiso me quedo por aqui.besicos

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  2. ¡Eres un figura, David!
    Ya me estoy preparando para cocinar lo que seguró que será un remedo de tu magnífica receta.
    ¡Y que decir del relato, que tengo que reeler para extraerle todo su sabor!

    Bueno, ya hablaremos con más detenimiento de tus recetas.... literarias.

    José Luis P.

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  3. Me ha gustado mucho la recetica, pero sobretodo lo que me ha gustado es el pie de la penúltima foto. Tan sencillo y lo dice todo!

    Saludos!

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  4. ¡Chicos, os he enlazado a mi blog, en la sección de blogs de Aragón!.
    Yo también soy de los locos del Recetario mañoso. (Mariví, Wivith, en estos ciber mundos).
    Esto de los sesos es para gourmets, eh?.
    Ojo que es un ingrediente complicado de conseguir que le guste a todo el mundo....
    Lo máximo que puedo yo es en buñuelos...
    Jejejejejejeje.
    Aún así esta receta tiene una pinta justamente para comer en bocata. Muy buena elección.
    Yo es que soy muy "panera"....

    Felicidades.

    Pochoncicos.

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  5. Pues a mi me da entre asco y mas asco...

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