miércoles, 10 de noviembre de 2010

Receta de Sopa Azteca del Ebro (Sopa Nacional Aragonesa)

Receta Sopa Nacional Aragonesa


Sin duda la mejor Sopa Azteca de Mexico DF
Populachero Restaurante Chon&Chano


Concurso: Receta de Sopa Nacional Aragonesa 2010
Organización convocante: Academia Nacional de Aragón de soperos, salseros y otros ungüentos
Autores: Cisco Cerrada y Bolilla
Título del plato: Sopa Azteca del Ebro

Servida en plato pierde saborcillo pero gana presencia

Exterior del Resaurante meca de la delicia sopera


Receta de Sopa Azteca Clásica

Ingredientes (4 Personas):

  • 12 Tortillas cortadas en tiras
  • 4 Tomates medianos molidos
  • 1 Cebolla finamente picada
  • 1 Diente de ajo
  • 2 litros Caldo de pollo
  • Perejil
  • 4 Chiles picantes
  • 1 Aguacate 
  • 200 gr Queso rallado
  • 200 ml Crema
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva
  • chile pasilla
    Tortillas de maíz antes de ser fritas
    La cremosidad la aporta este amigo verde



Elaboración:

En primer lugar freímos las tiras de tortillas en aceite caliente hasta tostarlas y escurrirlas, reservamos. Después freiremos el tomate ya triturado con el ajo y la cebolla cortada en juliana gruesa hasta que adquiera el conjunto un color anaranjado y un aspecto bien pochado. Agregaremos el caldo, el perejil y dos chiles molidos. Sazonamos con sal y pimienta al gusto y dejamos hervir a fuego lento durante unos 25 minutos. Serviremos la sopa con tiras de tortilla, trozos de chile pasilla espolvoreados por la superficie, aguacate en pequeñas rodajas, queso y crema que añadiremos ya en el plato.


En el Chon&Chano la presentan hirviendo


Respondiendo a las bases del concurso de recetas convocado por la Academia Nacional de Aragón de soperos, salseros y otros ungüentos adjunto la idea de la que a nuestro entender sería la sopa que mejor expresa el espíritu de Aragón.

Pan de hogaza de Teruel

Tomate rosa de Barbastro

El blog de entrecolycollechuga nos lo presenta de esta guisa
http://entrecolycollechuga.blogspot.com/

Elblogdebertus nos ofrece las ventajas de la Cebolla de Fuentes
http://esebertus.com/blog/


La idea surgió de un sentimiento  paradójico que nos asaltó a mi ayudante, el Bolilla, y a mí mismo al reflexionar sobre las bases del concurso. ¿Qué hacemos dos internacionalistas metidos en una cosa así? Ambos tenemos unos valores ideológicos muy alejados del nacionalismo cerrado y excluyente, ajenos a toda ridícula y horrorosa iconografía de símbolos, banderas, escudos, himnos y demás boatos. Consideramos que esta forma de ver el mundo como pequeñas porciones independientes unas de otras sólo ha traído a lo largo de la historia ruinas y catástrofes para el ser humano. Por ello, lo lógico y honesto hubiese sido ignorar el concurso y a otra cosa. Pero algo vi en la mirada de mi compañero, exfotógrafo y actual rondador de barras y mostradores de tascas, tabernas y bares, que me hizo sospechar que no sería tan sencillo el asunto. Tras apurar el largo carajillo de coñá que sirvió con granitos de café flotando la Romi, el Bolilla masculló unas palabras que rescataba de su dañada memoria.

Borraja adquirida en el mercado agroecológico
de los primeros sábados de mes en Pza Sinués
(Detrás del Teatro Principal)

Se debe dejar al dente para conservar
color y crujiente

Como el de corral...

Sello de la D.O.
Que no te timen, hay mucho imitador

En perfecta formación


- Aragonés es toda persona que manifieste la voluntad de serlo- Sonrió al ver que recordaba la cita literal –Preámbulo del Estatuto de Autonomía de Aragón- Sentenció con gesto de satisfacción. - ¿Te das cuenta Cisco? Se puede ser aragonés sin saber ni dónde está Aragón, sin saber nada de sus tierras y gentes, de sus costumbres ni tradiciones. Incluso ignorando su historia y su presente. Sólo es cuestión de fe. De fe en unos valores-

- Ahí me has dado, viejo- respondí interrumpiendo a mi colega- ¿Pero qué valores son esos que si compartes te convierten en aragonés? ¿Dónde están escritos? ¿Quién los dicta?- lancé al aire con intención de cortar el temido discurso de borracho de mi amigo

- Pues nosotros podemos comenzar a hacerlo hoy- me sorprendió la voz ronca del fotógrafo, que no suele destacarse por su grado de elocuencia –La de los valores aragoneses es una página en blanco que debemos rellenar nosotros- aquí separó los codos de la barra y en posición erguida su figura se agrandó – Vamos a darles a estos erizos cegatos donde más les duele. Busquemos la receta más lejana y extraña que se nos ocurra y derivemos de ella el espíritu de nuestra sopa. Edifiquemos un aragonesismo internacional, que rechace toda formulación excluyente- Su voz se había impuesto definitivamente en el bar. Cual Séneca luciendo oratoria, ni las tragaperras se atrevían a interrumpir el discurso. – Crearemos la nación más antinacionalista del mundo. Un lugar donde todos cabremos, que miré hacia fuera más que hacia dentro, que recoja la historia de sus habitantes más ignorados, del pueblo oprimido. Tenemos el deber de empujar esta nueva nación. Nos llamará locos. Nos acusarán de suicidas. Nos tildarán de desmemoriados. Pero allí estaremos. Aragoneses de Zaragoza, de la Hoya de Huesca, del Maestrazgo, pero también aragoneses saharauis, chilenos, sudafricanos. Británicos, maoríes y alejandrinos. Germanos, masais  y vietnamitas. Ciudadanos del mundo, uníos en Aragón, uníos en vuestra casa.- El cuerpo del Bolilla no resistió tanto esfuerzo y con las últimas palabras cayó al suelo repleto de servilletas aceitosas y colillas de cigarrillo. Entre aplausos y risas de la concurrencia y una vez recuperado de su breve lipotimia. La idea no me pareció tan disparatada y recapacité sobre ella.







La búsqueda de una receta lejana, original y evidentemente sabrosa no me fue muy difícil de encontrar. Se trata de una de las dos sopas más extendidas por la geografía mexicana. Junto al potzole, del que hablaremos en otra ocasión aparece la llamada sopa azteca sobre cada una de las mesas de los hogares mexicanos. Quiero decir que no hay una receta única, sino que sobre una base común existen tantas variedades como cocineros. Cada mexicano tiene su receta, más queso, menos cebolla, caldos concentrados o claros, chiles más o menos peleones, y así podemos seguir con cada uno de los ingredientes. La versión que figura arriba trata de mostrar una media de todas ellas. La receta que tomamos como base para nuestra fórmula nacional cumple todos los requisitos ideológicos que buscábamos: origen lejano en el espacio, pues hay que cruzar el charco para saborearla; y origen aún más lejano en el tiempo, pues su creación se debe a la arrasada cultura azteca. Arrasada por nuestros antepasados, vuelve a ser rescatada por nosotros en un acto de recuperación y justicia histórica.

Las transformaciones que proponemos para crear nuestra sopa son las siguientes. En primer lugar la sustitución de las tiras de tortilla de maíz que se sumergen en la sopa por pequeñas rebanadas de pan frito. Para ello utilizaremos el nuevo pan que se oferta desde hace unos meses en Teruel, de factura artesanal y aspecto rústico. De todos modos, cualquier pan de horno de leña de los que quedan por nuestra geografía serviría para elaborar los submarinos que espesarán nuestra sopa. El tomate, la cebolla y el ajo de la receta original se conservarán, pero especificamos sus variedades: tomate rosa de Barbastro, Cebolla dulce de Fuentes de Ebro y ajo de la huerta zaragozana (Comprarlo a un gitano en los aledaños del Mercado Central es una garantía de su origen local). A este conjunto le vamos a añadir la borraja, pues no puede haber plato nacional aragonés sin la presencia de nuestra amiga. Limpia y cortada en bastoncillos se la agregaremos a la sopa cuando falten cinco minutos para que queden bien al dente y añadan textura crujiente y color de clorofila al plato. Los chiles picantes, difíciles de conseguir por estos lares los sustituiremos por un binomio poderoso, guindillas frescas y unas hebras de azafrán turolense que colorearán el caldo y aromatizarán el conjunto. Si alcanza el presupuesto se pueden rallar unos gramitos de trufa sobre el resultado final para darle el punto final al asunto. El aguacate también encuentra en el melocotón de Calanda su equivalente, ganando en dulzor la receta. Para el caldo de pollo queremos advertir que sería conveniente usarlo de corral, pues el pollo blancuzco que agregan los mexicanos es soso y sólo sirve para empapar sabores que en nuestro caso seguirán presentes en el líquido, y enriquecidos por el gusto de pollo. Así en vez de restar el pollo sumará al conjunto. El queso es insustituible. Se recomienda el fresco de cabra de Radiquero, pero cualquier queso artesano, fresco y elaborado a partir de leche cruda (esto es obligatorio) nos serviría. Las últimas advertencias son la utilización del perejil en fresco (mejor eliminarlo que ponerlo seco de bote de especias), y el aceite que engrasará la receta que sea de oliva virgen extra de la nueva Denominación de Origen del Moncayo. El resultado final quedará de la siguiente manera:







Receta de la Sopa Nacional Aragonesa

Ingredientes (4 Personas):

  • 12 Rodajas de pan de hogaza cocido en horno de leña
  • 4 Tomates medianos de Barbastro triturados
  • 1 Cebolla de Fuentes de Ebro picada en juliana gruesa
  • 1 Diente de ajo
  • Unas matas de borraja de la huerta zaragozana
  • 2 litros Caldo de pollo de corral
  • Perejil fresco
  • 4 Guindillas picantes frecas
  • 1 Melocotón de Calanda bien carnoso 
  • 200 gr Queso fresco de cabra de Radiquero
  • 200 ml Crema
  • Sal, pimienta, azafrán y si es posible unos gramos de trufa negra recién rallada.
  • Aceite de oliva virgen extra D.O. del Moncayo

Salut
Cisco Cerrada y el Bolilla


 
Dos aragoneses del D.F. se disponen para su Sopa Nacional (¿o internacional?)
Besos para nuestros hermanos mexicanos y perdón por el robo de la receta azteca


2 comentarios:

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